Naturaleza, nuestro escape psicológico

Vivimos en una pandemia mundial que nos obliga a permanecer en nuestros hogares mucho más tiempo de lo que solíamos pasar, pues el hecho de estar confinados, realmente nos debería hacer reflexionar si el espacio en el que habitamos nos ayuda o afecta nuestra salud mental. Según la Organización Mundial de la Salud, el 30% de nuestros inmuebles a nivel mundial son considerados "edificios enfermos" ya que cuentan con una limitada adaptabilidad a distintas actividades, espacios descontextualizados, así como el mal manejo a nivel climático, trayendo como consecuencias el aumento de los niveles de estrés, depresión, y entre otras enfermedades físicas y mentales. Estas cifras son alarmantes, más aún en esta época pandémica en donde nos vemos obligados al confinamiento para salvaguardar nuestras vidas.


Esta
crisis pandémica se relaciona con un dato muy importante obtenida del libro "BRAIN
LANDSCAPE" de John Eberhard del 2009, que marcó una diferencia en la
arquitectura estadounidense, y el cual también tomo referencia trascendental en
una investigación que realicé en el 2018 como parte de mi tesis de grado.
Resulta que en los años 50,una
enfermedad muy contagiosa causaba daños en los EEUU, la "Poliomielitis", donde hubo un aproximado de 50 000 nuevos
casos por año, provocando muchas muerte, mientras que los sobrevivientes, quedaban
con parálisis. El biólogo Jonas Salk empezó a buscar una vacuna que pudiera dar
fin a esta enfermedad. Sus intentos fueron constantes, pero no lograba
encontrar esa respuesta. Frustrado en el sótano oscuro de la Universidad de
Pittsburgh, lugar donde se encontraba el laboratorio y realizaba sus
investigaciones, intentó salir de su rutina, viajando a la Abadía de Asís en
Italia. Tras largos paseos, Salk resaltó el entorno arquitectónico de la
Abadía, pues este era tan estimulante para su imaginación que lo llevó a crear
el concepto de la vacuna contra la Poliomielitis, a la que luego logró
producirla y la denominó la vacuna Salk.
Tras esta experiencia, él estaba convencido de que aquellos lugares bucólicos,
aquellos entornos y paisajes le habían abierto la mente, y de este modo empezó
a creer que los espacios y la naturaleza influyen tanto en las neuronas. Más
adelante se asoció con el Arq. Louis Kahn y tras años de colaboración crearon
el famoso Instituto Salk, un
referente arquitectónico diseñado para fomentar la creatividad en los
investigadores. Aun así, este concepto de estimular la mente a través de la
arquitectura resultaba algo subjetivo, es por ello que los científicos, a lo
largo de los años, han estado encontrando respuestas de nuestro cerebro al
percibir entornos estimulantes en diferentes situaciones. Hoy en día, nos
topamos con una pandemia que nos exige permanecer en constante confinamiento;
sin embargo el espacio que habitamos nos está causando estragos de estrés, pues
buscamos volver a la normalidad donde tengamos la libertad de llegar hacia
lugares que nos transmitan relajación hacia nuestra mente, o quizás sentirnos más
productivos, o incluso más creativos, es por eso que inconscientemente buscamos
la respuesta en la naturaleza; entonces ¿Qué le ocurre a nuestro cerebro cuando
percibimos espacios naturales? ¿Qué le hizo convencer al biólogo Salk para que se
sienta totalmente estimulado y pueda crear dicha vacuna? ¿Por qué sentimos
relajación al observar paisajes naturales? Todo tiene una explicación
científica en base empírica, que han venido recopilando y comparando la
percepción de nuestro cerebro apoyándose de una gran disciplina que es la
Neurociencia, la cual nos da alcances más exactos de la percepción del cerebro.
Según la teoría de Paul MacLean (1960), El cerebro es triuno (tres cerebros) el cual está compuesto por el cerebro reptil (inferior), el sistema límbico o Cerebro Emocional (mediano), Cerebro racional o Neocórtex (Superior). En este caso nos centraremos en el cerebro emocional, que al percibir un estímulo (llámese paisajes naturales) a través de nuestros sentidos, es transmitido hacia el hipocampo, amígdala y parahipocampo, los cuales se encargan de realizar las funciones como percepción, reflexión, emociones, recuerdos, etc; y segregan a través de neurotransmisores sustancias químicas más conocidas como "el cuarteto de la felicidad" los cuales son: serotonina, dopamina, endorfina y oxitocina. La dopamina es la encargada de generar placer y por lo tanto ayuda a bajar nuestros niveles de ansiedad o estrés, es por ello que nos sentimos más relajados, o logramos tener emociones positivas. Caso contrario, al encontrarnos en un espacio poco estimulante, poco iluminado, sin vistas hacia paisajes naturales, etc...el cerebro segrega menos serotonina y por tanto aumenta los niveles de estrés, causando desgano, baja productividad, entre otros. Todos estos procesos son percibidos de manera inconsciente, y solo pueden ser comprobados y medidos en base a experiencias y con instrumentos científicos, como los escáneres mentales, que nos muestran la manera en cómo se activa nuestro cerebro al estimularlo con "espacios enriquecidos".

Después de que los gobiernos de muchos países decretaran levantaran la cuarentena, miles de personas han acudido hacia las playas, parques, plazas, recreos campestres, etc. o hacia los lugares más cercanos a sus hogares, pues el solo hecho de caminar por las calles, sentir la ventilación, la iluminación son razones suficientes para sentirse vivo, algo que en muchas ciudades desplazan la naturaleza para reemplazar por más construcciones, siendo más crítico aquellos espacios hacinados y sin planificación. Las Naciones Unidas proyectan que para el 2030, el 60% de la población mundial vivirá en ambientes urbanos. Ante ello, la pandemia actual saca a flote cada falencia de nuestras ciudades y de los espacios en los que habitamos. Por lo tanto, esta crisis es la oportunidad de solucionar y proponer maneras de conectar la naturaleza con las personas para lograr un diseño arquitectónico y urbano pensado y planificado, donde no solo tenga bases en la funcionalidad o estética, sino también en la manera en cómo repercutirá en las emociones y en nuestra salud mental.

"El mundo es un lugar peligroso, no a causa de los que hacen el mal sino por aquellos que no hacen nada para evitarlo"
Albert Einstein.
Les invito a leer más sobre la tesis de Investigación que realicé en el 2018: https://repositorio.unprg.edu.pe/handle/UNPRG/3473